ÁNGEL MARÍA CALVO BARCO
Departamento de Etnografía de la Sdad. Aranzadi

IÑAKI MIGUEL: “Romería en Uba” (1996)

IÑAKI MIGUEL
“Romería en Uba” (1996)
Diario Vasco 7-IV-1996, página 21.
Mañana en Loiola se repite una tradición con numerosos devotos en la comarca

Mañana, día 8, primer lunes de Pascua, volverán a ser muchos los donostiarras y vecinos de otras localidades cercanas los que acudan hasta la ermita de Uba, en Loiola, para besar y rezar ante la imagen de la Virgen del dulce sueño.

Esta devoción popular cuenta con muchos años de arraigo en esta comarca. Los padres acuden con sus niños pequeños a la ceremonia eucarística que ha de celebrarse a las cinco de la tarde después de la misa que celebrará don Fernando Garijo, párroco del Sagrado Corazón de Jesús de Loiola. Los asistentes, junto con sus hijos, besarán la imagen, quedando así impregnados por un poder benéfico que les hará, en caso de padecerlo, dejar de tener problemas de insomnio.

Al finalizar la celebración, como es de costumbre, una trikitixa animará la romería en el exterior de la ermita. A esta tradición que sigue vigente a pesar del paso del tiempo, se le llama la tradición del buen sueño.
Talla restaurada e la Virgen de Uba. Vista delantera y trasera.

Talla desproporcionada

La imagen que se venera es de la Virgen. Se trata de una talla mariana, con un niño Jesús desproporcionadamente grande en brazos. La figura tiene unos treinta centímetros de altura, talla popular estofada en madera. Su formato piramidal y su origen se fecha en el siglo XV.

Esta imagen es guardada celosamente durante el resto del año por la Diputación Foral de Gipuzkoa, sustraída a la devoción popular. Es llevada solamente el día de la celebración. El resto del tiempo permanece guardada en un armario.

Hace cuatro años cambió su aspecto al ser restaurada en el centro de artes Arteleku, de Txomin, por técnicos de la propia Diputación.

La parroquia de Loiola solicitó hace tiempo la posibilidad de que pudiera estar expuesta en un lugar destacado de la ermita o en la parroquia de Loiola, para que los fieles que lo desearan pudieran expresarle su devoción. La petición que ha sido denegada hace pocas fechas. Ahora se va a reivindicar una réplica de la imagen, con el fin de que esté presente en la ermita durante todo el año.

Primitivamente esta imagen estaba bajo la advocación de Nuestra Señora de la Piedad y en tiempos se hallaba ubicada en una hornacina situada en las murallas de Donostia, sobre la denominada puerta de Sancho. En la época de Carlos V, la figura fue trasladada de las murallas a Uba, donde, sin que se sepa a ciencia cierta la fecha, pasó a ser conocida como Virgen del dulce Sueño. Nacía de esta forma la devoción popular que atribuye a la Virgen poderes benéficos para el buen dormir de los pequeños.

La capilla está ubicada en uno de los ramales secundarios del Camino de Santiago que terminó desapareciendo. Esta fue reemplazada, en fecha que no ha podido ser determinada, por la actual ermita, que forma parte de lo que fue refugio de indigentes, luego sanatorio, posteriormente casa de misericordia para niños y mas tarde reformatorio. En la actualidad es utilizado por los Traperos de Emaús. La ermita pertenece al municipio de Alza, aunque eclesiásticamente depende de la parroquia de Loiola.

Un mantenimiento necesario

La ermita de Uba es un edificio que data de principios de 1900, edificio de época, lugar lleno de historia, tanto por la imagen de la Virgen como la propia del edificio. En tan apreciado lugar no pasa desapercibido el nulo mantenimiento que se hace. La ermita tuvo antaño un culto rico y variado contando incluso con una comunidad de Mercedarias y un capellán. Ahora sólo abre sus puertas con ocasión de algunas bodas y de la celebración del primer lunes de Pascua.

El pasado mes de setiembre se detectó como afectaba un pozo de aguas negras cercano, el cual lleno, al no poder desahogar, las aguas buscaron salida llegando a dañar la piedra de sillería de las paredes y maderas del suelo de la propia ermita. Esto sumado a que no hay un mantenimiento mínimo por el que se revisaría cada cierto tiempo las instalaciones, la luz etcétera, hace que la ermita pueda sufrir algún desperfecto insalvable.